jueves, 7 de julio de 2011

Be water my friend


Decía Sócrates, mucho antes de que su patria se hundiera en el más hondo de los pozos europeos, que lo primero que tenía que hacer el hombre para entender la realidad es conocerse a sí mismo -Nosce te ipsum- y así controlar mejor sus emociones. Hoy en día es clave ser optimistas, andar sin complejos, sonreír, y más en un planeta como el nuestro… Porque vivimos acelerados y nos detenemos poco, o nada, en los pequeños detalles. Tengo que hacer, tengo que ir… ¿Tengo o quiero? Nos asfixiamos creándonos infinitas obligaciones sin poder relajarnos ni un minuto. Nos encanta estresarnos y peor aún, rallarnos.


En los años noventa, Daniel Goleman escribió un libro, Emotional Intelligence, en el que nos advertía que perdemos demasiado el tiempo y un 40% de nuestras energías en resolver conflictos que podrían haberse prevenido ¿Y si paramos el mundo y nos bajamos por unos minutos y nos regalamos  unos instantes, un café recién hecho, un pellizco de chocolate, una canción…? David Caruso, autor de The Emotionally Intelligent Manager, mantenía que es necesario identificar con precisión nuestras emociones, pues son un auténtico medidor del ánimo. Al final consiste en comprendernos para comprender a los demás y poder ayudarnos. Porque estamos viviendo una época en la que una sonrisa hace mucho, en las que unas simples palabras de ánimo dan esperanza; un tiempo que carece de motivación y liderazgo. Por esto es importante pararse y pensar, para poner fin al innecesario sufrimiento y alcanzar la plenitud que tanto anhelamos.
Conócete a ti mismo, aprende a manejar tus emociones, a crear la propia motivación y gestionar las relaciones. No nos damos cuenta del gran poder de las emociones sobre la mente pensante y seguimos con el frecuente conflicto entre los sentimientos y la razón. No te crispes, ni te regocijes en un aburrimiento interior sin salida a la espera de un rescate. Te ahorrarás muchas pérdidas de cabeza, porque al final, todo o casi todo, los peligros, las pérdidas dolorosas, la persistencia hacia una meta a pesar de los fracasos, el enfrentar riesgos, es muy superable, efímero e irreal, todo pasa. Por esto es importante entrenar a la mente y la propia fortaleza. Como la fuerza que transmite un maestro jedi, o como la que enseñaba el maestro Bruce Lee con un “be water my friend”. Como dice un santo: “¿Para qué ser aves de corral pudiendo volar como las águilas?”.

4 comentarios:

  1. Reconozco que me ha encantado esta entrada. Quizás me ha interesado porque últimamente tengo en mi cabeza cosas relacionadas con este tema:Nos ponemos límites absurdos a nosotros mismos,nos ahogamos con cosas que creemos que debemos hacer cuando en realidad no es así, no nos damos cuenta que debemos tener paciencia, mucha paciencia, porque muchas de las cosas que nos hacen sufrir son temporales..o igual todas.
    No valoramos con total profundidad lo más importante de nuestro alrededor: las personas.Estamos preocupados en hacer, hacer...en la eficacia y no disfrutamos de pequeños detalles,nos falta tiempo para saber mirar, para comprender, para escuchar...y ¿por que no decirlo?: también para aprender a querer, para amar.
    Poniéndonos límites absurdos empequeñecemos nuestra libertad: esta es la situación predominante pero podemos actuar de manera distinta. Las circunstancias exteriores no nos determinan

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  2. Ese inassss!!!! jaja está bien, está bien. No tengo nada que aportar a esta entrada, solo decir que me pasaré y leeré con mucho gusto. Disfruta del verano

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